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martes, 27 de octubre de 2009

Beso



Te posas en mi vientre adueñándote del vacío
con ese andar perverso por la ruta de la piel
No valen los minutos por su extensión
sobreviven impacientes de la llegada invasora
que anida en mis labios y evapora el sol
en el licor de esta danza adormecedora
de esta embriagante alucinación de existir

A veces

Este sábado ha sido mío, si, sin duda que lo ha sido. Si hay algo que valoro y disfruto es mi espacio, mi tiempo. Hoy mi madre se fue a Queretaro (aquellos que por x o por y o por cuestiones de pesos viven con su madre me entenderán perfectamente), así que desde muy temprano me he sentido como hacía tiempo que no me sentía, compartir el día únicamente con mis hijas resulta tan rico, tan apacible, tan apapachador para mis sentidos. Como ellas están en plena adolescencia obviamente también disfrutan y pelean su espacio, así que este día lo repartimos perfectamente y sin necesidad de pactarlo con antelación. Tuvimos ratos juntas charlando y riendo de la cotidianeidad, compartimos el desayuno y la comida entre bromas y confidencias como tres amigas en el café, que delicia ser madre, que bendición serlo de ellas, así rebeldes, medio safadas, medio como yo (jajaja) así las amo por sobre todas las cosas y son mi razón de ser.
Tuve y tengo en este momento mi querida soledad, mi tiempo de aislamiento, perfecto, a solas conmigo misma y mi música, mis ideas, mis recuerdos, mis anhelos, mis locuras. Pase un buen rato en la cocina (ya se que muchos de mis amigos no me imaginan ahí, pero si, ahí estuve) curiosamente la cocina es algo que siempre me ha gustado mucho, me fascina vaciar un poquito de mi en un platillo por más sencillo que este sea, que cosas! ya casi había olvidado que soy muy buena guisando y más aún haciendo maravillas con poco o casi nada de dinero. El caso es que generalmente no me meto a la cocina porque es espacio de mi madre y la verdad es que a mi me gusta disfrutarlo y no sufrirlo peleando por sazonar un guiso con ella, es más, confesaré que la cocina es un lugar que constantemente aparece en mis fantasías y definitivamente no es con mi madre al lado jajaja, tengo mil imágenes mucho más románticas y divertidas para esa fantasía que aún no realizo. En fin...
Después de realizar mis labores domésticas (si, también le hago a la chacha) la hora del baño resulto maravillosa, y aqui viene otra confesión: me encanta bañarme con música, si, de plano meter la grabadora al baño y disfrutarla a todo volúmen mientras el agua recorre mi cuerpo es realmente de-li-cio-so, (lugar también lleno de fantasías aún sin cumplir), así que este día ha estado lleno de música y caricias a mis sentidos, ahora si que ¡Wacala que rico!!
Ya trabaje un buen rato en cuestiones del colegio, tranquila escuchando más música, ya pase por trova, salsa, bachata, jazz, pop, baladas, etc. Ahora estoy en la mejor parte, escribir, compartir un poco de lo que soy con quien quiera leerlo, mis hijas ya andan con las amigas, así que me encuentro completamente a solas y lo estoy disfrutando una enormidad, aunque me esta brincando una pregunta que me hizo una de ellas en la tarde: "mami, ¿por qué no tienes novio? ¿de veras tanto te gusta la soledad?" Ups! la verdad es que no supe qué contestar, en este momento pienso y pienso, siento y siento, y concluyo que si me gusta mucho, sin embargo, a veces y sólo a veces añoro esa otra parte...y este sábado, después de ese maravilloso encuentro conmigo misma, creo que es una de esas veces. En fin.

lunes, 19 de octubre de 2009

Flor



Vaya que el frío acalambraba sus piernas semidesnudas aquella noche de enero, mientras Flor recorría de esquina a esquina la solitaria calle. El viejo y austero farol que hacía años la acompañaba durante largas horas la miraba silencioso... como cada noche.
Ataviada con un ceñido y pequeño vestido negro que apenas cubría lo necesario y dejaba al descubierto el apetitoso manjar ofrecido al mejor postor, zapatillas finas de altos tacones que dibujaban sus largas piernas envueltas en medias negras como un exquisito cuadro de delicadas formas; el escote descubriendo estratégicamente una pequeña parte de la voluptuosidad guardada para delicia de las fantasías masculinas, el cabello recogido en femenina e infantil coleta enmarcando un rostro de aspecto dulce y sensual, piel de leche con textura de seda suavemente perfumada de "Tabú", complementando tan seductora y misteriosa belleza, largos pendientes de plata haciendo juego con la sencilla y elegante gargantilla de la cual colgaba la figura de una pequeña flor.
Esa noche era especial: llegaba a los 34. Mientras su mirada se perdía en la avenida desierta, los recuerdos llegaban a borbotones a su mente... y a su corazón.

-Eres una niña hermosa
-Tú crees mami?
-Lo eres corazón, esta noche, en tu fiesta, no habrá niña más hermosa que tú
-Ya tengo 9!, cuando sea una mujer me casaré con el hombre más guapo y bueno del mundo ¿verdad mami?
-Así será mi amor. Anda! que te espera un delicioso pastel de chocolate.

Flor sonrió con un dejo de melancolía, encendió un cigarrillo para aminorar el frío que comenzaba a entumecer sus manos. Se sentó en la banca estilo colonial que la esperaba vacía bajo el farol. Y siguió recordando...

-Te amo. ¿Estás segura?
-Lo estoy, te amo también. Quiero hacerlo contigo, mi primera vez y siempre
-Voy a estar a tu lado toda la vida, nos casaremos y tendremos dos niños que serán tan hermosos como tú
-Pero tendrán tu mirada y tu voz

No pudo evitar cerrar los ojos por un instante al recordar esas tibias y temblorosas manos desabotonando su blusa mientras ella besaba suavemente el cuello de aquel chico al que amaba de verdad... Su primer amor, esa noche Flor cumplía 17 años.
Pero algo pasó en esa alma soñadora cuando llegó a los 20, aquellas ilusiones de niña y adolescente poco a poco perdieron sentido para ella, algo en su interior crecía con fuerza, luchaba por salir e inundaba cada segundo de su existencia, era como un impulso irrefrenable de volar, de crecer libre de ataduras y fantasías... se estaba enamorando de la libertad.
Le costo casi cinco años arrancarse las cadenas de una sociedad de doble moral que reprimian y aplastaban eso que ella llamaba "su esencia".

-¿Por qué has cambiado tanto hija? ¿A dónde te llevarán esas ideas tuyas tan fuera de lo normal y aceptable?
-A volar... quiero ser libre madre, sólo quiero eso
-¿Y el amor? ¿Y la familia? ¿Y el futuro?
-Lo único real madre, es la vida, este instante.Yo

No eligió nunca una profesión, su posición social no representaba un problema, al menos no económico, sin embargo terminó la carrera de Filosofía y letras, asumió que el moralismo le resultaba asquerosamente mentiroso, después de algunas relaciones decidió no elegir tampoco a un sólo hombre, descubrió que no era suficiente, no eligió formar una familia a la cual dedicar su tiempo en cuerpo y alma, aceptó que esa no era su vocación, encontró en la poesía su espacio. Decidió que el amor era un camino y no un fin, Eligió la libertad como su brújula.
Nadie sabe si es felíz, ni siquiera ella lo sabe, pero sus ojos hablan de paz, solitaria tal vez, pero paz. La paz que da el saberse libre.

Las luces de un lujoso automóvil la regresaron al presente.

-¿Estás libre preciosa?
-Toda la noche guapo

Y subiendose al auto, el viejo farol la vió alejarse y como siempre... la esperó hasta la siguiente noche.

Tocando el cielo




Esta noche rocé el infinito en tus brazos
saboreé el cielo de tus caricias
me perdí en el mapa de tu piel.
Esta noche tus manos de terciopelo
despertaron mis instintos más salvajes
tus labios acorralaron mi sed.
Esta noche probé el elixir de los dioses
descubrí el aroma del deseo
encontré mi camino en tu voz.
Esta noche el frío nos cubrió de besos
toque el azul profundo del cielo
esta noche... mi alma se impregnó de ti.

Mi placer y mi tortura




Siento la frescura de la brisa tocando suavemente mi piel canela, a lo lejos Why Life hace las veces de fondo para este cuadro de silente sensualidad.
La noche me seduce. Impensable tratar de evitarlo, su belleza oscura me acaricia cuando se funde con mi perfume. Cerrar los ojos se vuelve un acto automático mientras el humo de un cigarrillo eterniza una deliciosa sensación que no alcanza etiqueta alguna. Sólo siento...
Mis poros transpiran una embriaguez cargada de placer al rendirme a ese suave roce de los dedos que inician su trazo en la frente, delinean mi naríz y se detienen unos segundos en esos labios entreabiertos, recorren su tibia carnosidad y siguen extasiados el camino que lleva a mis pechos. Tiemblo...
El viento eriza cada milímetro de piel, mis dedos no pueden detenerse, no desean hacerlo y continúan trazando curvas en el terciopelo del cuerpo semidesnudo que ahora es víctima de mi misma. Me disfruto...
Mi vientre experimenta oleadas deliciosas de calor que motivan a seguir explorando. Saboreo ese deslizar por mis piernas que se vuelven cómplices de la danza del pecado cuando el paseo se detiene en el templo del placer. Vuelo...
Mi cuerpo baila con la noche y el frío bañando deliciosamente cada instante nubla el pensamiento, la razón se rinde a los sentidos sublimando la oscuridad de un cielo que se deleita con la sutíl imagen del goce. Escalo las nubes...
Frío, calor, movimiento, textura, música, aroma. Un todo disuelto con la luna que ilumina el momento de vaciarme en cuerpo y alma a manos de mi placer... Suspiro.

Sólo dos



Estructuras de agua sostienen cuerpos
mecidos con el viento de sus miedos
revolcados en tierra de deseos
fantaseando alcanzar el sol
en metamorfosis de la realidad.

Perfume




Sinuosos caminos trazados en sombras
bordeando tu seda, piel de leche
hilos mojados rastrean ansiedades
escurren pasiones sabor a alcohol.

Silencios montados en la luna
cabalgando bañados en suspiros
miradas que traspasan almas atadas
enredaderas de besos por tu desnudez.

Azules de cielo salpicados de rojo
pintando mis poros con pinceladas de ti
perfectas caricias a ras de la locura
arrastran razones consumidas en sal.

Ritmos exactos marcados al viento
sugiriendo el momento de volar
siluetas perdidas bailan en el limbo
bocas sedientas convulsionadas de placer.

No me pidas que te ame



No me pidas que te ame...
Enséñame a leer tu esencia,
déjame explorar tus palabras
que impulsivas derraman gotas de ti
.
Quiero saborear tus pensamientos
embriagarme de tus ideas
y libre caminar hasta donde estés.
.
Seguiré tu voz de madrugada
cuando despiertes mis sentidos
sin planes, ni estrategias.
.
Cuando tu presencia evoque
al rescatar pedazos de noche
que me lleven a un espacio de dos.
.
Permite que mis ojos te sigan
que mis manos te conozcan
y mi piel se amolde a ti.
.
Pero no me pidas que te ame
poco a poco te descubriré
no asfixies la locura
que ella sola me guiará.

Eternamente


Cerré los ojos por un momento y senti tu aroma,
con la seda de mis palmas descubrí el mapa de tu cuerpo perfecto
y el viento acarició la sensualidad de una mirada
que se cruzaba entre tu recuerdo y el dolor de no tenerte...
Con la piel erizada tan sólo por abrazarte.
Tu boca tan lejos y yo besándote el alma.
Cerré los ojos y una despedida con olor a melancolía me acercó a ti
¿olvidarte? imposible. Mientras mi piel te guarde en cada milímetro
y resurjas cuando me toque el viento,
te escuche a cada respiro.
Tù siempre tù, tocando mi cabello mientras te amo
y el placer abrazándonos con una suavidad exquisita.
Cerré los ojos y toqué tus labios,
sublime sensaciòn rozar tu cuerpo a travès de la memoria
que se niega a dejarte partir para siempre,
cada parte de mi extraña tu olor cual si fueran los pies con que ando.
Hoy, como un infinito ayer que se prolonga
cierro los ojos y me encuentro.... eternamente tuya.