Beberte es la luz
morir envenenada
trastornada mi sangre
y ardiendo el alma.
Libar tu salvia
morder tus huesos
hasta saberte dentro
hasta perder el sentido.
Caer al final a tus pies
rendida, inerte y desnuda
saciada de placer
invadida de tu vino.
Vaya poema tan intenso.
ResponderEliminarBeso.