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lunes, 30 de noviembre de 2009

Aullido


Bajo el efecto de la luna
donde la oscuridad seduce al frío
con profundos ojos embelesa
entre seda y salvaje deseo
tacones y cabellera al viento
poderoso aullido que penetra la noche
como si estuviese hecha para él.
Uñas y piel fundidas en un instante
acarician la fiel melancolía
por segundos traspasada de placer.
Espacio y tiempo detenidos
matizados de negro y gris
delinean la figura cazadora
que en la espesura del bosque
se desnuda para él.



Para ti Lobo.





miércoles, 11 de noviembre de 2009

Ven...


Ven
Inhálame
que mis poros transpiran deseo
si mis manos aterrizan en ti
ven
pruébame
cata hasta el último gramo
de esta piel
ven
absórbeme
déjame inundar tu cuerpo
viajar por tu sangre hirviendo
ven
succióname
devora la ruta que te espera
sacia tu sed en mi
ven...

sábado, 7 de noviembre de 2009

Sólo hoy


Te mudas a mi vida sin previo aviso, apareces sin sacar cita y ahora te instalas en mi mundo así como se pintan los más sublimes óleos sin planes ni estrategias. Salidos tan sólo de lo más honesto del alma.
Casi sin darnos cuenta tu boca se amolda a la mía y tu piel se reconoce en mi como el viento en los árboles que bailan y se mecen a un ritmo perfecto sin más expectativa que el simple hecho de estar.
Y comienza el juego del deseo cobijado por la tibieza del encuentro ansiado, de la voz anhelada, de la sonrisa espontánea que nace de compartir espacios tan distintos y complementarios a la vez que refrescan el absurdo cotidiano.
Esto que no tiene nombre ni etiqueta se convierte en un viaje exquisito a través de momentos breves que se eternizan en la memoria de los sentidos y te encuentran en una mirada tierna, en una idea loca, en un beso robado.
Preguntas que eres para mi, te diré: Eres instante, presente, luz, suspiro, agua, refugio.
¿Yo? el hoy que te abre los brazos para bañarse de ti.
No preguntes por mañana, mañana no lo se. Hoy... imprégnate de mi.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Alta tensión





...Y las bocas se fundieron electrificando el aire frío de la mañana convirtiéndola en espectacular noche de luces.

lunes, 2 de noviembre de 2009

Paseo por el cielo


No cabe duda que la vida en ocasiones se divierte jugando con los recuerdos de los humanitos que vagamos por este mundo ilógico, hoy paseaba por las calles que hace años solían escondernos en aquellas noches de persecución materna, hace tanto tiempo que no andaba por ahí o será que hace mucho no permitía a mi corazón dar un paseo por el pasado, tal vez.
No eras el principe encantado que merecía la nena según la familia y las amistades, sin embargo, eras todo lo que yo necesitaba para ser felíz. No pude evitar sonreir al recordar nuestras risas después de perder de vista al enemigo y fundirnos después en largos besos que acompañados de fugaces caricias me enseñaban el camino del sentir. -Tus manos son mágicas- solías decir mientras las tocabas con suavidad y yo descubría el infinito color de la noche perdida en tus brazos fuertes que se convertían en mi nido, en mi faro, en mi ruta.
Cuántas veces en esas calles te cante al oído esa canción que siempre me pedías y quietecito escuchabas con los ojos cerrados, para luego sonreir y besarme arrebatadamente. Que fácil fue aprender a volar tomada de tu mano.
En esas calles me volví adicta a la adrenalina de escapar contigo y construir un mundo sólo de dos, en el que tu sonrisa escandalosa pintaba de alegría el viento y mis besos instalaban el silencio del primer amor. -No llores- dijiste cuando me entregué a ti, limpiando mis lágrimas con tu cara -Estoy aquí porque aquí quiero estar, y aquí me quedaré- Y sí, te quedaste. Aún puedo olerte, basta cerrar los ojos para sentirte de nuevo. Me encantaba besar tus ojos, recorrer con mis labios tus cejas, delinear tu rostro con mis manos y escucharte pedir -Grítame que me quieres- mientras me hacías el amor.
Me detuve en esa calle en la que un día de mi cumpleaños me regalaste una foca preciosa, con la que pasamos horas jugando y a la que pusiste de nombre "Sintilín". ¿Sabes? aún duermo con ella, me ha acompañado todos estos años, lo mismo que la flor amarilla que pusiste en mi cabello en aquella boda mientras le decías a los demás -¿No se ve hermosa?- Aún la conservo guardada en el viejo diccinario de la prepa.
Pero la vida tiene sus incoherencias, nosotros nuestras cobardías y las circunstancias a menudo no ayudan gran cosa. Así que el tiempo pasó y el sueño se acabó, te casaste, me casé, ambos tuvimos hijos, ambos nos divorciamos. Hoy vives muy lejos de mi, hace años que no te veo pero agradezco infintamente a la vida el haberte conocido y el haber aprendido a volar en tus brazos.
Esperaré como siempre esa llamada en mi cumpleaños que cada año sin falta me haces, esa llamada en tu cumpleaños que cada año sin falta te hago. Y ese vuelco en el corazón cada vez que escucho tu voz diciendo -Aún te recuerdo.